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Cada mañana, nuestros niños llegan al colegio con una mochila llena de sueños, energía y ganas de aprender. Como familia, tenemos la misión de acompañarlos en ese camino, dándoles las herramientas necesarias para crecer fuertes, seguros y felices.
Formar hábitos saludables desde casa es como darle a cada estudiante su propio “rugido” de confianza para enfrentar el día. Estos son algunos hábitos que ayudan a nuestros pequeños a rugir fuerte dentro y fuera del aula.
Alimentación que da energía a su rugido
El rugido de un TIGER en clase no se escucha con la voz, sino en su atención, entusiasmo y capacidad de aprender.
- Desayuno con fuerza: como el primer salto del día, necesita equilibrio: cereales integrales, fruta fresca y proteína.
- Lonchera con garra: mitad frutas y verduras, un cuarto cereales y otro de proteínas. Ese balance mantiene su energía constante durante la jornada.
- Menos distracciones, más enfoque: reducir dulces y ultraprocesados evita altibajos que apagan su vitalidad.
- Hidratación constante: el agua es el pulso que mantiene firme su energía y claridad mental.
Higiene que cuida a la manada
Un TIGER sabe que no está solo en la selva: cuida su territorio y también a los suyos. Así también en la escuela:
- Manos limpias, garras listas: lavarse al menos 20 segundos antes de comer y después de ir al baño es un escudo invisible contra virus y bacterias.
- Objetos personales, huellas únicas: cada niño debe cuidar lo suyo —vasos, cubiertos, cepillos— porque compartirlos abre la puerta a enfermedades.
- Imagen fresca, confianza firme: un baño regular, uñas limpias y ropa fresca son pequeños gestos que reflejan autocuidado y respeto a los demás.
Descanso que fortalece sus huellas
La fuerza de un TIGER no sólo está en su cuerpo, también en su capacidad de recuperar energía.
- Los niños de 2 a 5 años necesitan de 10 a 13 horas de sueño para crecer fuertes y atentos.
Dormir bien deja huellas en su memoria, concentración y manejo de emociones. - Una rutina nocturna con cuento incluido y sin pantallas es como preparar la selva para que el nuevo día llegue con energía renovada.
Prevención: la mirada atenta
Los TIGERS observan con precisión, anticipa cada movimiento. Así también los papás:
- Vacunas al día: como una armadura silenciosa que protege de riesgos.
- Visitas médicas periódicas: permiten detectar a tiempo detalles en el crecimiento, la visión o la audición.
- Señales claras: si aparece fiebre, tos o sarpullido, quedarse en casa es cuidar tanto al pequeño como a toda la manada escolar.
Dejar huella con cada hábito
Educar en la salud no es solo enseñar rutinas, es formar carácter. Con cada comida equilibrada, con cada lavado de manos y con cada hora de sueño, nuestros hijos afilan su garra, fortalecen su rugido y aprenden a dejar huellas firmes y seguras en su camino escolar.
Porque un TIGER no se define sólo por su fuerza, sino por los hábitos que lo acompañan a lo largo de su vida.
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